Por regla general se supone que deberíamos ser criaturas sociales, estar más que acostumbrados a vivir rodeados de más gente y, por supuesto, interactuar de forma agradable con estas personas. Pero al igual que hay personas con una gran capacidad para socializar también existen personas en las que parece que esta capacidad es casi inexistente. A este comportamiento se le llama trastorno antisocial. Descubre por qué pasa esto y cómo solucionarlo.
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¿Qué es el Trastorno Antisocial?
El trastorno antisocial es un trastorno que hace que la persona que lo padece sea muy retraída y se sienta incómoda rodeada de más personas y, o haciendo actividades sociales. Además de esto, las personas que sufren trastorno antisocial también pueden ser agresivas y con tendencia a cometer delitos menores. Este trastorno puede ser leve, moderado o intenso dependiendo de la persona y además si no se trata también es un trastorno que se va agravando.
Las personas que padecen o sufren trastorno antisocial a menudo pueden mostrar los siguientes síntomas o comportamientos.
- Problemas para adaptarse a las normas sociales.
- Deshonestidad, incluyendo mentiras y, o estafas.
- Impulsividad, irritabilidad y agresividad.
- Despreocupación por la seguridad propia y la de los demás.
- Irresponsabilidad persistente.
- Falta de remordimiento ante las acciones hechas.
¿Cómo se detecta el trastorno antisocial?
Los psicólogos dicen que en la adolescencia, el diagnóstico se hace a partir de los 15 años y en caso de dudas se vuelve a repetir a los 18 años.
Se declara que la persona tiene un trastorno social si en el período de tiempo que pasa de los 15 a los 18 la persona no ha cambiado para nada su forma de ser o incluso si este comportamiento se ha agravado.
¿Cuáles son las causas que lo provocan?
“No hay una única causa que lo motive, sino una interacción entre factores genéticos, el entorno de la persona, desajustes neuroquímicos relacionados con la impulsividad y la agresividad o el abuso de sustancias. Este trastorno puede aparecer impulsado tanto por carencias afectivas o desatención como por agresión y hostilidad en la familia de origen. Así, dentro de su entorno más cercano, el menor aprende a desarrollar ciertas conductas para adaptarse al mismo, conductas que le sirven para sobrevivir en él, pero que le resultarán disfuncionales para adaptarse a un entorno sano”.
Palabras de la experta María Magdalena Orosan.
¿Cómo afrontar este problema?

Si nos damos cuenta de que nuestro hijo/hija tiene un comportamiento que pueda encajar en el comportamiento de una persona con trastorno antisocial lo primero que debemos hacer es llevarlo a un especialista que determine, mediante pruebas, si nuestras dudas son ciertas o no.
En caso de que el experto afirme nuestras dudas, deberíamos poner solución a este problema lo antes posible para lograr evitar que nuestro hijo/hija llegue a niveles extremos dentro de este trastorno.
“Una vez el sujeto presenta el problema, es recomendable hacer una intervención multidisciplinar, que incluya la reinserción del mismo. Para ello es fundamental elegir la terapia psicológica como tratamiento de primera línea, así como tener en cuenta la atención psiquiátrica”.
Palabras de la experta María Magdalena Orosan.
Un trastorno como este no se cura o se desvanece por arte de magia. Es por esta razón que es muy importante que llevemos a nuestro hijo con un especialista que pueda ayudarlo y aconsejarnos de la mejor manera posible.

“Es fundamental establecer objetivos de terapia tanto a corto como a medio/largo plazo, siempre con cierta flexibilidad, dada la complejidad que suele presentarse detrás de esta problemática, aunque con un plan estructurado que facilite la adherencia y contando con apoyos sociales, dentro de la medida de lo posible”.
Palabras de a experta María Magdalena Orosan.
También cabe recordar que es muy importante que en ningún momento trates a tu hijo como a un bicho raro. Esto solo agravaría los problemas y lo empujaría aún más a encerrarse en sí mismo y a cometer errores de los que puede que no haya salida.